Nada de movimientos ni maniobras bruscasAcelera con suavidad, frena también suavemente y coge el volante como si fuera de cristal. Procura ser un poco previsor, además, y tener en cuenta lo que van a hacer los coches que te rodean. Ya sabes: en muchas ocasiones, no todo está en tu mano. Presta también mucha atención a los adelantamientos; ante la falta de visibilidad, hazlos únicamente cuando estés seguro de que la maniobra no reviste ningún peligro.